¡Resucitó!
Un domingo como hoy por la mañana María Magdalena y otras mujeres fueron al sepulcro donde estaba Jesús. ¿Quién nos abrirá el sepulcro? se preguntaban. Pero fue grande la sorpresa al llegar y encontrar la piedra removida, y más sorprendente fue no hallar a Jesús sino a un ángel que les anunciaba que había resucitado. ¡Resucitó! (Marcos 16:1-8)
Quisiera que por un momento meditemos en este acontecimiento. Toda Jerusalén había sido testigo del sufrimiento y muerte de Jesús, el viernes sus seguidores lo habían sepultado, el domingo fueron a la tumba y no lo hallaron. Un ángel les anunció que resucitó y que iba a su encuentro.
¡Estaba muerto!... ¡pero resucitó! ¿Lo crees?
Este es el acontecimiento más importante de toda la historia de la humanidad. Dios el creador envió a su Hijo al mundo, este se limitó a si mismo tomando forma de hombre, habitó entre nosotros, nos dio a conocer al Padre, se entregó como sacrificio por nuestros pecados, murió y resucitó.
Esta es una obra para traer perdón y libertad del pecado a la humanidad.
¿Frente a esto que harás tú?
Tienes dos alternativas:
1) Ignorar esta obra y dejar que el pecado afecte a tu vida, tu familia y a la sociedad
2) Aceptar a Jesucristo como tu suficiente y único salvador y dejar que el perdón llegue a tu vida y produzca un cambio.
En 1 Corintios 1:18-25 encontramos "...El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden; en cambio, para los que se salvan, es decir, para nosotros, este mensaje es el poder de Dios. Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios; frustraré la inteligencia de los inteligentes... Ya que Dios, en su sabio designio, dispuso que el mundo no lo conociera mediante la sabiduría humana, tuvo a bien salvar, mediante la locura de la predicación, a los que creen. Los judíos piden señales milagrosas y los gentiles buscan sabiduría, mientras que nosotros predicamos a Cristo crucificado. Este mensaje es motivo de tropiezo para los judíos, y es locura para los gentiles, pero para los que Dios ha llamado, lo mismo judíos que gentiles, Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios. Pues la locura de Dios es más sabia que la sabiduría humana, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fuerza humana."
Quisiera que por un momento meditemos en este acontecimiento. Toda Jerusalén había sido testigo del sufrimiento y muerte de Jesús, el viernes sus seguidores lo habían sepultado, el domingo fueron a la tumba y no lo hallaron. Un ángel les anunció que resucitó y que iba a su encuentro.
¡Estaba muerto!... ¡pero resucitó! ¿Lo crees?
Este es el acontecimiento más importante de toda la historia de la humanidad. Dios el creador envió a su Hijo al mundo, este se limitó a si mismo tomando forma de hombre, habitó entre nosotros, nos dio a conocer al Padre, se entregó como sacrificio por nuestros pecados, murió y resucitó.
Esta es una obra para traer perdón y libertad del pecado a la humanidad.
¿Frente a esto que harás tú?
Tienes dos alternativas:
1) Ignorar esta obra y dejar que el pecado afecte a tu vida, tu familia y a la sociedad
2) Aceptar a Jesucristo como tu suficiente y único salvador y dejar que el perdón llegue a tu vida y produzca un cambio.
En 1 Corintios 1:18-25 encontramos "...El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden; en cambio, para los que se salvan, es decir, para nosotros, este mensaje es el poder de Dios. Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios; frustraré la inteligencia de los inteligentes... Ya que Dios, en su sabio designio, dispuso que el mundo no lo conociera mediante la sabiduría humana, tuvo a bien salvar, mediante la locura de la predicación, a los que creen. Los judíos piden señales milagrosas y los gentiles buscan sabiduría, mientras que nosotros predicamos a Cristo crucificado. Este mensaje es motivo de tropiezo para los judíos, y es locura para los gentiles, pero para los que Dios ha llamado, lo mismo judíos que gentiles, Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios. Pues la locura de Dios es más sabia que la sabiduría humana, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fuerza humana."