Seguir a pesar del dolor
“Así que alégrense de verdad. Les espera una alegría inmensa, aun cuando tengan que soportar muchas pruebas por un tiempo breve. Estas pruebas demostrarán que su fe es auténtica. Está siendo probada de la misma manera que el fuego prueba y purifica el oro, aunque la fe de ustedes es mucho más preciosa que el mismo oro. Entonces su fe, al permanecer firme en tantas pruebas, les traerá mucha alabanza, gloria y honra en el día que Jesucristo sea revelado a todo el mundo. ” 1 Pedro 1:6-7 (NTV)
El dolor es una experiencia individual, una sensación, evoca una emoción y es desagradable.
La tortura es un acto que causa daño físico o psicológico por medio de máquinas o artefactos en contra de la víctima y es un instrumento de personas que usan el dolor para poder manipular y acceder al deseo del torturador.
Jesús cuando estuvo en la cruz, experimento muchos dolores, en lo físico por las heridas provocadas por los azotes y la tortura que los soldados le hicieron, el dolor emocional al ver como la gente le gritaba, lo insultaba y lo humillaba. Pero su propósito fue más fuerte que esta sensación, pues tenía una tarea que cumplir y estaba cerca de culminarla. Él es nuestro ejemplo para continuar a pesar de las dificultades, porque todos hemos o estamos pasando esta sensación desagradable.
En medio de ella hay una luz que ayuda a mantener la firmeza de nuestro ser, es el amor, pues el amor supera todo mal, dice 1 Corintios 13:7 “El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia.”
Dios no permitirá que pasemos dolor para destruirnos o para acabar con nosotros, esa sí es la intención del diablo, pero el propósito de Dios es diferente, pues usa el dolor para perfeccionarnos, corregirnos, para afirmar nuestra fe, mostrarnos que siempre hay una esperanza.
“Hijo mío, no rechaces la disciplina del Señor ni te enojes cuando te corrige.
Pues el Señor corrige a los que ama, tal como un padre corrige al hijo que es su deleite.” Proverbios 3:11-12 NTV.
Por brevedad es el dolor y para eternidad es el carácter; continua construyendo tu destino y no dejes que el dolor borre el amor divino que te ayudará y te protegerá.
El dolor es una experiencia individual, una sensación, evoca una emoción y es desagradable.
La tortura es un acto que causa daño físico o psicológico por medio de máquinas o artefactos en contra de la víctima y es un instrumento de personas que usan el dolor para poder manipular y acceder al deseo del torturador.
Jesús cuando estuvo en la cruz, experimento muchos dolores, en lo físico por las heridas provocadas por los azotes y la tortura que los soldados le hicieron, el dolor emocional al ver como la gente le gritaba, lo insultaba y lo humillaba. Pero su propósito fue más fuerte que esta sensación, pues tenía una tarea que cumplir y estaba cerca de culminarla. Él es nuestro ejemplo para continuar a pesar de las dificultades, porque todos hemos o estamos pasando esta sensación desagradable.
En medio de ella hay una luz que ayuda a mantener la firmeza de nuestro ser, es el amor, pues el amor supera todo mal, dice 1 Corintios 13:7 “El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia.”
Dios no permitirá que pasemos dolor para destruirnos o para acabar con nosotros, esa sí es la intención del diablo, pero el propósito de Dios es diferente, pues usa el dolor para perfeccionarnos, corregirnos, para afirmar nuestra fe, mostrarnos que siempre hay una esperanza.
“Hijo mío, no rechaces la disciplina del Señor ni te enojes cuando te corrige.
Pues el Señor corrige a los que ama, tal como un padre corrige al hijo que es su deleite.” Proverbios 3:11-12 NTV.
Por brevedad es el dolor y para eternidad es el carácter; continua construyendo tu destino y no dejes que el dolor borre el amor divino que te ayudará y te protegerá.
“Tu amor inagotable durará para siempre; tu fidelidad es tan perdurable como los cielos.” Salmos 89:2
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