Consumado
Nadie sabe cuándo va a morir y en consecuencia, no estamos del todo preparados para ese momento, no nos ponemos a pensar cuáles serán las palabras que diremos antes de exhalar nuestro último aliento de vida.
Sin embargo, algunas personalidades famosas de la historia hilvanaron unas pocas palabras antes de morir. Ciertas frases no tienen sentido pero otras por el contrario, parecían tener una idea clara en mente de lo que habían hecho y de los que les esperaba:
Sócrates dijo, “Cuando era rector en Salamanca, cuando era rector...", Sigmund Freud dijo, “Dejadme ir a la casa del Padre ", George Washington dijo, ‘La muerte nos caza a todos”, Rodolfo Valentino dijo, “Amé la justicia y odié la iniquidad, por eso muero en el destierro” Benito Mussolini dijo; “El dinero no puede comprar la vida ", Mahatma Gandhi dijo,” Jesús ", Charlie Chaplin dijo, " Y hasta ahí puedo leer... ", Esteban dijo, “He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios” (Hechos 7:56)
Pero definitivamente las palabras que más impactan a cualquiera son las pronunciadas por Jesús en la cruz del calvario justo antes de entregar su espíritu, él dijo “CONSUMADO ES” (Juan 19:30)
El diccionario define la palabra consumado como: Llevar a cabo totalmente una cosa. Jesús vino a la tierra con un propósito específico, el cumplir todos los designios de su Padre en los cielos, con razón resucitó al tercer día triunfando definitivamente sobre la muerte.
De esto tenemos mucho que decir, pues la Biblia menciona muchas veces el misterio de la resurrección y definitivamente Jesús sabía de esto, pero eso no le quita el pesar y la angustia que padeció en el huerto del Getsemaní, las torturas que sufrió su cuerpo, las humillaciones y su muerte en la cruz del calvario que dicho sea de paso, es una de las formas más atroces de morir.
Justo en ese momento, pero sin desperdiciar ni un instante de su vida aún predicó en la cruz, prometiendo el paraíso a un ladrón que creyó en sus palabras y en su nombre, para luego exhalar sus últimas palabras que le dan fin al impenetrable muro de la ley para abrir la puerta de la gracia; le dan fin a la separación de Dios y del hombre, cambian la condenación de la ley por la justicia de la gracia.
Pero Jesús no se lleva consigo este triunfo sobre la muerte, sino que lo comparte con todo aquel que se acerca a Él, ésta fue su misión.
Que estos días sean motivo de recordar la aflicción y muerte de Jesús, y lo glorioso que iba a venir después de tan hermoso sacrificio.
“Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos” (Isaías 53:10-11).
Sin embargo, algunas personalidades famosas de la historia hilvanaron unas pocas palabras antes de morir. Ciertas frases no tienen sentido pero otras por el contrario, parecían tener una idea clara en mente de lo que habían hecho y de los que les esperaba:
Sócrates dijo, “Cuando era rector en Salamanca, cuando era rector...", Sigmund Freud dijo, “Dejadme ir a la casa del Padre ", George Washington dijo, ‘La muerte nos caza a todos”, Rodolfo Valentino dijo, “Amé la justicia y odié la iniquidad, por eso muero en el destierro” Benito Mussolini dijo; “El dinero no puede comprar la vida ", Mahatma Gandhi dijo,” Jesús ", Charlie Chaplin dijo, " Y hasta ahí puedo leer... ", Esteban dijo, “He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios” (Hechos 7:56)
Pero definitivamente las palabras que más impactan a cualquiera son las pronunciadas por Jesús en la cruz del calvario justo antes de entregar su espíritu, él dijo “CONSUMADO ES” (Juan 19:30)
El diccionario define la palabra consumado como: Llevar a cabo totalmente una cosa. Jesús vino a la tierra con un propósito específico, el cumplir todos los designios de su Padre en los cielos, con razón resucitó al tercer día triunfando definitivamente sobre la muerte.
De esto tenemos mucho que decir, pues la Biblia menciona muchas veces el misterio de la resurrección y definitivamente Jesús sabía de esto, pero eso no le quita el pesar y la angustia que padeció en el huerto del Getsemaní, las torturas que sufrió su cuerpo, las humillaciones y su muerte en la cruz del calvario que dicho sea de paso, es una de las formas más atroces de morir.
Justo en ese momento, pero sin desperdiciar ni un instante de su vida aún predicó en la cruz, prometiendo el paraíso a un ladrón que creyó en sus palabras y en su nombre, para luego exhalar sus últimas palabras que le dan fin al impenetrable muro de la ley para abrir la puerta de la gracia; le dan fin a la separación de Dios y del hombre, cambian la condenación de la ley por la justicia de la gracia.
Pero Jesús no se lleva consigo este triunfo sobre la muerte, sino que lo comparte con todo aquel que se acerca a Él, ésta fue su misión.
Que estos días sean motivo de recordar la aflicción y muerte de Jesús, y lo glorioso que iba a venir después de tan hermoso sacrificio.
“Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos” (Isaías 53:10-11).
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